Soy la bala y la herida

Soy la bala y la herida,
el llanto y la voz;
la llave y el cerrojo,
el lienzo y el pincel.
Soy una hoja en el torrente,
presa del río,
el río en la presa.
Sale de ti, sale de mí:
un rastro de fuego
y furia,
sombras de cristales rotos
en música ensombrecida,
desliz de tu sinfonía eterna:
tristeza y melancolía
suspendida en tus pestañas,
pesadilla en tus ojos malditos.
Los compases,
lágrimas largas,
difusas y escarpadas,
en plena huida:
pentagrama de tu vida.
Sale de ti, sale de mí:
amagos de pasión y mentira,
de terciopelo parecían...
No soy más que un pedazo de carne
(tu pedazo de carne)
bañado en las lágrimas de Afrodita
y en la sangre de Adonis.
No soy más que un recuerdo,
efímero y candente,
de tu vida entre espinas.